Después de 32 años, México vuelve a presenciar un eclipse solar este 14 de octubre. Este evento astronómico es uno de los más importantes después de tres décadas, marcando una ocasión significativa para el país. La última vez que México había sido testigo de este fenómeno fue en 1991, lo que resalta la importancia y el impacto que este eclipse tendrá en las nuevas generaciones, quienes podrían esperar otros treinta años para presenciar nuevamente tal espectáculo.
Una de las fechas más memorables para aquellos nacidos en los ochenta y más allá fue el eclipse solar de 1991. El 21 de julio de ese año, México experimentó uno de los eclipses solares más prolongados de su historia, con el cielo oscureciéndose parcialmente durante al menos tres horas consecutivas. Este evento astronómico recorrió desde las costas de Hawái hasta Guatemala, cubriendo una distancia de 15 mil kilómetros y dejando cielos parcialmente oscuros a lo largo de su trayectoria.
En cuanto a la visualización en México, el eclipse solar de 1991 fue observable simultáneamente en varios estados, según información proporcionada por la UNAM. Entre estos se incluyen Sinaloa, Nayarit, Jalisco, Aguascalientes, Guanajuato, Michoacán, Querétaro, Hidalgo, Estado de México, Ciudad de México y Morelos. Además, ciudades de varios países latinoamericanos, como Guatemala, San Salvador, Managua, San José, Colombia y Brasil, también fueron testigos del fenómeno.
Sin embargo, muchos ciudadanos mexicanos optaron por observar el eclipse a través de la televisión debido a la divulgación de información errónea que sugería posibles deformidades en aquellos que lo observaran directamente. Este incidente resalta la importancia de difundir información precisa y verificada durante eventos astronómicos de esta magnitud, para evitar malentendidos y preocupaciones innecesarias entre la población.
