En el panorama de efemérides que llena el calendario, el 28 de agosto brilla con luz propia al ser el día en que se rinde homenaje a los abuelos en México. Aunque su origen se encuentra envuelto en el misterio, esta fecha se ha consolidado como un tributo a la experiencia y sabiduría que los adultos mayores aportan a la sociedad.
El 26 de julio, marcado por la ONG Mensajeros de la Paz en 1998 como el Día Internacional de los Abuelos, encuentra su raíz en la conmemoración de San Joaquín y Santa Ana, los padres de la Virgen María y, por ende, los abuelos de Jesús. Sin embargo, en 2021, el Papa Francisco marcó el cuarto domingo de julio como la Jornada Mundial de los Abuelos y los Mayores, sumando una perspectiva espiritual y familiar al reconocimiento de esta etapa vital.
En México, el 28 de agosto es el día destinado a honrar a los abuelos, aunque su génesis está rodeada de varias versiones. Una de ellas afirma que durante el gobierno de Abelardo Díaz Rodríguez (1932-1934), y posteriormente en el mandato de Lázaro Cárdenas (1934-1940), se celebró la conmemoración de agosto como el mes de la vejez. En 1982, se designó el 28 de agosto como el Día del Abuelo, celebrando por primera vez a las personas adultas mayores en 1983, un evento que tuvo lugar en Monterrey.
Desde entonces, la fecha ha evolucionado para abarcar una perspectiva más amplia, renombrándose como el Día Internacional del Adulto Mayor. Esta celebración cobra relevancia en el contexto de una sociedad que envejece y donde las voces de experiencia y el legado de las generaciones anteriores continúan desempeñando un papel crucial.
A nivel internacional, la ONU también se suma a la causa al promover el Día Internacional de las Personas de Edad, fijado el 1 de octubre. Este día ofrece una oportunidad única para reconocer los desafíos y oportunidades que enfrentan los adultos mayores en todo el mundo.
El 28 de agosto no solo es un día para expresar cariño y gratitud a los abuelos, sino también para reflexionar sobre la importancia de preservar y honrar la historia y el conocimiento transmitido por generaciones anteriores. En un mundo en constante cambio, esta celebración se convierte en un recordatorio de la riqueza que aporta la experiencia acumulada y la sabiduría compartida por aquellos que han recorrido un largo camino en la travesía de la vida.