Los hermanos Guzmán, liderando el núcleo de Los Chapitos, han tomado una decisión drástica tras una serie de deslealtades y reacomodos internos. «El Nini», hasta ahora jefe de seguridad, fue abandonado debido a su conducta indisciplinada, marcando un cambio radical en la estrategia del grupo para contrarrestar los esfuerzos mexicanos de detenerlos y extraditarlos a los Estados Unidos antes del fin del mandato del presidente Andrés Manuel López Obrador.
En su lugar, han nombrado a «Panu», un individuo con nexos estrechos con la vieja guardia del Cártel de Sinaloa, conocido por su sanguinaria reputación y su conexión con la familia Tapia del Triángulo Dorado.
Este cambio estratégico parece destinado a reforzar la seguridad de Los Chapitos y mantenerlos alejados de las fuerzas gubernamentales. «Panu», cuyo nombre real es Óscar Noé Medina González, se ha ganado la confianza de los Guzmán por su experiencia en el trasiego de drogas para El Chapo Guzmán y por respaldar a Ismael «El Mayo» Zambada, fundador del cártel del Pacífico.
El ascenso de Medina González parece cumplir con los requisitos requeridos: un individuo joven, ágil, con el liderazgo necesario y con una familia que posee renombre entre los círculos criminales de Sinaloa, especializados en operar bajo el radar mediático.
Estados Unidos Insiste en la Extradición de «El Nini»
A pesar del cambio en el liderazgo de seguridad, Estados Unidos persiste en su solicitud de extradición de «El Nini». Sin embargo, el enfoque de Los Chapitos parece estar orientado hacia un perfil más discreto y menos expuesto a la fama pública, algo que no encajaba con las acciones del exjefe de seguridad.
Según informes militares, «El Nini» había desobedecido durante meses las directrices de sus superiores, buscando notoriedad a través de lujosos vehículos, fiestas ostentosas en Culiacán y comportamientos que llamaban la atención.