Un estudio revelador ha arrojado luz sobre la influencia de la dieta materna en el desarrollo de los rasgos faciales del bebé por nacer. Según la investigación, el contenido proteínico en la dieta de una madre embarazada podría tener un impacto significativo en la forma de los rasgos faciales de su descendencia, como se ha demostrado en un estudio realizado en ratones.
Los hallazgos, publicados en la revista Nature Communications, ofrecen una comprensión más profunda de cómo los factores ambientales, como la nutrición de la madre, pueden moldear el crecimiento fetal y, en particular, la formación de los rasgos faciales.
El estudio destaca que el desarrollo de la forma facial es un proceso complejo que ocurre en el útero y que ciertos errores pueden conducir a defectos congénitos, como el paladar hendido. Si bien se han identificado influencias genéticas, también se reconoce que los factores ambientales desempeñan un papel crucial en este proceso.
Los investigadores, utilizando un método para identificar «potenciadores» en el ADN que regulan la expresión génica durante el desarrollo facial en embriones humanos, descubrieron una asociación entre estos potenciadores y genes vinculados a la variación de los rasgos faciales. Estos potenciadores, relacionados con la vía mTORC1, que controla procesos celulares en respuesta a la nutrición, se activaron o reprimieron en ratones gestantes alimentadas con dietas ricas o bajas en proteínas, mostrando cambios significativos en los rasgos faciales de los embriones.
Estos hallazgos sugieren una interacción compleja entre la dieta materna y los mecanismos genéticos que contribuyen a la formación de los rasgos faciales. Aunque se necesita más investigación, este estudio ofrece una base para comprender mejor cómo la dieta durante el embarazo puede influir en la apariencia física del bebé por nacer, lo que podría tener implicaciones importantes para la salud y el desarrollo prenatal.
