Estados Unidos incauta el avión utilizado por el presidente venezolano, Nicolás Maduro, tras determinar que su adquisición violaba sanciones estadounidenses. La aeronave, descrita como el equivalente venezolano del Air Force One, fue enviada a Florida el lunes 2 de septiembre, según dos funcionarios estadounidenses. Esta acción es parte de las investigaciones sobre las prácticas corruptas del gobierno de Maduro y marca un hito en asuntos criminales, enviando un claro mensaje de que nadie está fuera del alcance de las sanciones estadounidenses.
La situación refleja las tensiones prolongadas entre Washington y Caracas, exacerbadas por el éxodo de más de 7,7 millones de venezolanos debido a la crisis económica y social. La incautación del avión se suma a la lista de activos de lujo, incluidos vehículos y caballos purasangre, que han sido confiscados en investigaciones dirigidas a interrumpir el flujo de dinero hacia el régimen de Maduro.
Las autoridades estadounidenses, en colaboración con la República Dominicana, buscan ahora la confiscación total del avión valorado en US$ 13 millones, mientras continúan presionando a Venezuela por la transparencia en sus procesos electorales y la situación de derechos humanos en el país.