La ópera mexicana está de luto tras confirmarse el fallecimiento de Gilda Cruz-Romo, una de las sopranos más reconocidas del país, a los 85 años de edad. La artista murió en San Antonio, Texas, donde vivía desde su retiro, alejada de los escenarios y de la vida pública. Hasta el momento no se han revelado detalles sobre la causa de su muerte.
Instituciones como la UNAM y la Ópera de Bellas Artes han expresado sus condolencias por la pérdida de esta figura emblemática de la música clásica.
Originaria de México, Cruz-Romo se destacó por su potente voz y profundidad expresiva, lo que la llevó a brillar en los teatros de ópera más importantes del mundo. Su carrera internacional despegó en 1969 con su debut en la New York City Opera, y un año después, en 1970, debutó en el Metropolitan Opera House de Nueva York, donde actuó en 163 funciones.
Fue aclamada por sus interpretaciones de óperas italianas, especialmente de Verdi y Puccini, en títulos como Aída, Tosca y Madama Butterfly. Su voz resonó en escenarios tan prestigiosos como La Scala de Milán, el Covent Garden de Londres y el Bolshói de Moscú.
Gilda Cruz-Romo deja un legado imborrable en la historia de la ópera y en el corazón de generaciones de amantes del bel canto.
