De continuar las crisis internas en los dos principales árbitros electorales de México, el INE y el TEPJF, existe el riesgo de una parálisis que impactaría el rumbo de las próximas elecciones de 2024, además de generar desconfianza entre los actores políticos y los ciudadanos, advierten expertos.
No es la primera vez que ambos organismos encargados de organizar las elecciones atraviesan momentos de falta de consensos internos para realizar nombramientos o elegir liderazgos. Actualmente, el TEPJF enfrenta la renuncia de su Presidente por supuesta pérdida de confianza de parte de otros magistrados. Mientras que en el INE hay divisiones que impiden integrar su Junta Ejecutiva.
De prolongarse estas crisis, podría entorpecerse el funcionamiento de estas instituciones electorales, señala Benito Nacif, exconsejero del INE. A esto se suman las presiones políticas y presupuestales externas. Por ejemplo, está pendiente que el Senado nombre a dos magistrados del TEPJF.
La lógica de imposición que prevalece le resta fuerza al INE para lograr acuerdos, agrega Nacif. En el TEPJF, hay una división interna de larga data que desestabiliza al organismo.
Más allá de los efectos internos, estas crisis institucionales podrían mermar la imagen de imparcialidad e independencia del INE y TEPJF ante la ciudadanía, esencial para generar confianza sobre su arbitraje electoral, advierte el experto Javier Martín Reyes.