Las nuevas generaciones están dejando de consumir tortilla, reduciendo hasta en un 30 % su demanda en los últimos años. La tendencia se debe al auge de dietas bajas en carbohidratos, el miedo a subir de peso y la creciente desconfianza en su calidad.
Muchas tortillerías han optado por abaratar sus procesos, sacrificando sabor y valor nutricional. Industriales del sector piden campañas informativas para recuperar la confianza y recordar los beneficios de este alimento tradicional bien elaborado.