Los agricultores duranguenses enfrentan un nuevo desafío que amenaza sus cosechas, y esta vez no se trata de la sequía. Con la llegada de las lluvias, una plaga de gusano cogollero ha comenzado a extenderse por los sembradíos, principalmente de maíz, afectando cerca del 40% de la producción, según informó la Dirección de Desarrollo Rural.
Este insecto avanza silenciosamente y consume mazorcas en desarrollo, complicando aún más la recuperación del campo, que apenas salía de una larga etapa sin lluvias.
Uno de los focos más afectados es el poblado de Abraham González, donde ya se han intensificado las acciones para controlar la situación con insecticidas. Las autoridades piden calma: aunque hay afectaciones, aún no se reportan pérdidas totales, ya que los daños podrían revertirse con atención oportuna