La escalada arancelaria entre Estados Unidos y China ha intensificado sus tensiones comerciales, afectando gravemente al sector aeroespacial. En respuesta al aumento de aranceles por parte del gobierno de Donald Trump —hasta un 145 % sobre productos chinos— China impuso un 125 % de gravamen sobre bienes estadounidenses, incluyendo aeronaves.
Como represalia, China rechazó la entrega de aviones Boeing, obligando a devolver aeronaves ya ensambladas, como un 737 MAX 8 de Xiamen Airlines. Además, 50 aviones fueron rechazados, con un valor superior a mil millones de dólares, lo que genera pérdidas multimillonarias para Boeing.
China instruyó a sus aerolíneas a suspender la recepción de productos aeronáuticos de EE. UU., mientras Boeing intenta redirigir los aviones a otros mercados como India, Emiratos Árabes Unidos y América Latina.
Este contexto fortalece la posición de COMAC, el fabricante chino, cuyo modelo C919 compite con el Boeing 737 y el Airbus A320. COMAC ya tiene más de 1,000 pedidos, principalmente de aerolíneas chinas, y avanza en su certificación internacional.
Por su parte, Airbus ha consolidado su presencia en China, con una planta de ensamblaje en Tianjin y una cuota del 50 % en aviones de pasillo único entregados en 2024.
Conclusión: La disputa comercial afecta gravemente a Boeing, que en 2023 obtenía un 14 % de sus ingresos del mercado chino, y refuerza a los competidores Airbus y COMAC en un mercado estratégico clave.